Los Marziano

Directora: Ana Katz.
Guión: No tiene
Actores: Guillermo Francella, Mercedes Morán. Rita Cortese, Arturo Puig.
Año: 2011

Calificación:





Voy a darle un mínimo de crédito, en lugar de decir que es malísima, voy a asumir por un segundo que no la entendí.

En realidad estoy seguro que no la entendí, pero porque no hay absolutamente nada que entender. Resulta que Francella vive tiene problemas neurológicos, y su personaje también. Entonces, como vive en Formosa, va a Buenos Aires a ver a un médico.

Arturo Puig es el hermano, quien vive en un country y se cayó en un pozo que unos malvivientes hacen en el campo de golf para que la gente se caiga, sin ningún otro propósito. Durante toda la película, Grande Pa esta como loco tratando de averiguar quién hizo el pozo.
Mercedes Moran es la esposa de Arturo, y tienen una relación como si los dos tuvieran las pelotas por el piso del otro. Se hablan mal, se tratan mal, pero el divorcio esta totalmente fuera de programa. Nunca entendemos porque no se llevan bien. Tienen dos hijos que aparecen en una escena, son dos pelilargos que parecen Octavio de Jugate Conmigo, pero que llegaron a la moda 20 años tarde.

Rita Cortese es la tercera hermana, pero que se hace pasar por la esposa de Francella. Es una de las tantas cosas que no entendí.

Arturo y Guillermo se odian. Tampoco sabemos porque, pero es algo de guita. Para el clímax de la película, se encuentran en el country de Arturo y se saludan cordialmente. Después viene un plano amplio del campo de golf donde vemos que alguien se va a caer en un pozo. Cuando finalmente se cae, fade out y fin, dejando a todo el mundo con la sensación de "hay que ser hijo de puta para terminar así la historia". Aunque, por otro lado, es coherente, porque nunca hubo historia.

Lo único gracioso de toda la película son las guerras entre Grande Pa y Roxi por el jugo de naranja. El resto, un papelón que le hace muy mal al cine argentino.

Lo único bueno, fue que a la salida del cine me encontré con mi tía Luisa que me invito a comer. Aprovecho para mandarle un beso.